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Qué tener en cuenta al hacer una página web o mejorar la que ya tienes

Crear o actualizar una página web no consiste solo en «tener una presencia online». Para muchos autónomos y pymes, es el primer punto de contacto con clientes potenciales y esto se tiene que aprovechar. Tanto si estás creando tu web desde cero como si quieres optimizar la que ya tienes, hay una serie de aspectos clave que conviene tener claros desde el principio.

 

1. Definir el objetivo principal

Antes de pensar en diseño o funcionalidades, tienes que tener claro para qué quieres la web. ¿Vender productos? ¿Captar clientes potenciales? ¿Dar visibilidad a tu marca?

Tener un objetivo principal te ayudará a tomar decisiones sobre la estructura, el contenido y acciones posteriores. Pregúntate: ¿Qué quieres que haga esta web por tu negocio? ¿Quieres que te encuentren, que te contacten, que compren, que reserven, que se apunten a algo…?

 

2. Conoce a tu público objetivo

Identificar quién es tu cliente ideal es clave. Necesitas conocer quién es tu público objetivo para poder dirigirte a él a la hora de adaptar los textos, las imágenes y otras funcionalidades de la web y así aumentar las posibilidades de que interactúe, contacte o compre.

Este es uno de los errores más frecuentes, hablar de la empresa sin pensar en el usuario que llega a la web. Habla de sus problemas, de sus necesidades y de cómo tu servicio o producto le puede ayudar o aportar valor. Utiliza un lenguaje claro, directo y adaptado a tu público, no a tu sector.

Cuando tengas los textos para publicar en la web, revisa si aportan algo ese potencial cliente o solo habla de nosotros.

 

3. Analiza la competencia y busca inspiración

Competencia: Observa qué hacen otras empresas de tu sector, cómo estructuran su web y qué mensajes transmiten. No para copiar, sino para inspirarte y o detectar oportunidades para poder diferenciarte.

Webs de referencia: Mira páginas que te gusten por su estilo, diseño o experiencia de usuario. No hace falta que sean de tu sector, es para buscar inspiración del estilo que quieres para tu web.

 

4. Piensa en la estructura de la web

Cada apartado de tu web debe tener un propósito y un orden lógico. En principio cuanto más simple, mejor, aunque sabemos que a veces no es fácil ya que puede que sea una web con mucho contenido y muchos apartados, pero en la medida que se pueda, simplificar al máximo. Lo normal es que la persona que haga la web te proponga una estructura según los contenidos a publicar.

Esta jerarquía es importante para que los buscadores la lean correctamente y para que los visitantes entiendan rápidamente qué se pueden encontrar.

Ejemplo de estructura básica:

  • Home: breve presentación y enlace a servicios/productos
  • Servicios/Productos: descripción clara de lo que ofreces
  • Sobre nosotros: historia, valores, equipo
  • Blog o noticias: contenido útil y actualizado
  • Contacto: formulario, dirección, teléfono

 

5. Cuida los textos y el copy

El contenido es lo otro aspecto clave que ayuda mucho que los buscadores te encuentren y, por supuesto, que los usuarios confíen.

  • Comunica con claridad y cercanía. Aporta información útil, no relleno.
  • Usa títulos y textos optimizados para SEO, sin dejar de sonar naturales.
  • Incluye palabras clave relacionadas con tu sector (sin exagerar).
  • Asegúrate de que cada texto tiene un propósito: informar, vender o generar confianza.

Ejemplo: una sección de blog con artículos prácticos puede atraer tráfico cualificado y reforzar tu autoridad.

 

6. Imágenes y recursos visuales

Las imágenes transmiten la esencia de tu marca, así que deben ser de calidad, optimizadas y coherentes con tu estilo. Algunas recomendaciones:

  • Peso ligero para no ralentizar la web.
  • Resolución suficiente para verse bien en distintos dispositivos.
  • Que reflejen tu negocio, productos o servicios.

Puedes usar bancos de imágenes libres, pero facilitar las tuyas propias agiliza el proyecto.

Y por supuesto, el logo y colores corporativos. Si lo tienes, es de lo primero que vas a tener que compartir con quien vaya a hacer la web. Al final te compartimos una lista de los mínimos.

 

7. Dominio, hosting y mantenimiento

A la hora de crear tu web hay tres conceptos que conviene tener claros: dominio, hosting y mantenimiento.

Dominio: Es la dirección de tu web en internet, por ejemplo www.tunegocio.com. Lo necesitarás para poder acceder a tu página desde cualquier navegador. Si vas a contratar una agencia para hacer la web, pregunta primero si ellos se encargan de gestionarlo o si te facilitan las instrucciones para hacerlo tú mismo.

Hosting o alojamiento: Es el “espacio” donde se guarda tu web y todo su contenido. Lo necesitarás antes de publicar la web, ya que sin hosting la página no puede estar activa. Al igual que con el dominio, si trabajas con una agencia conviene consultarlo antes: puede que ellos te faciliten directamente el alojamiento o te den las indicaciones para contratarlo.

Mantenimiento: Las webs modernas están construidas con herramientas que reciben actualizaciones periódicas para seguir funcionando correctamente y ser seguras. No hacer mantenimiento puede provocar que, en algún momento, la web deje de funcionar o presente problemas. Por eso, es recomendable tener contratado un mantenimiento regular, ya sea con la agencia o con alguien de confianza que gestione las actualizaciones.

 

Checklist mínimo para pasar a quien te haga la web

Antes de entregar la información a tu diseñador o desarrollador, prepara:

  1. Descripción de la empresa
  2. Objetivo principal de la web
  3. Descripción de tu público objetivo (lo más concreto que puedas)
  4. Estructura que imaginas (apartados y jerarquía)
  5. Logo, colores corporativos
  6. Textos iniciales teniendo en cuenta la estructura y jerarquía
  7. Ejemplos de imágenes
  8. Identificación de la competencia
  9. Webs de referencia que te gusten
  10. Información sobre dominio y alojamiento (si ya lo tienes)

Con todo esto claro, tu web tendrá una base sólida que permitirá un desarrollo más rápido, un diseño más coherente y, sobre todo, un resultado más efectivo. Recuerda que la web es la carta de presentación digital de tu negocio, y cuanto mejor estructurada y pensada esté, más posibilidades tendrás de convertir visitantes en clientes.